El crecimiento del Sector Construcción, el cual aporta cerca de seis mil millones de córdobas al Producto Interno Bruto (PIB) de nuestro país, ha significado una gran oportunidad para los obreros calificados y aprendices, para incorporarse a labores relacionadas con este sector donde generalmente se “aprende- haciendo”.
Esto ha restringido la oferta de mano de obra. Por tal razón, muchas personas que un día vieron de largo hacer una mezcla o pegar cables en un poste de energía, con gran osadía se “auto-titulan” albañiles o electricistas y se lanzan a la aventura de ofrecer sus “servicios”.
¿Y qué sucederá si algunos posibles megaproyectos en nuestro país se llevaran a cabo?
La escasez de mano de obra será aún mayor. ¿Qué podemos hacer? Las respuestas son muchas. Pero quiero ilustrar nuestro posible futuro con una anécdota.
Un día un vecino alineaba los faros de su automóvil, acompañándose de un chele; un tipo con esa “chelura” que solo tienen los anglosajones. Al preguntarle al respecto, me dijo que era su yerno que vino de Inglaterra y le estaba haciendo ese favor. ¿Y… él es ingeniero eléctrico?, le pregunté. No, me dice, toca violín en una orquesta filarmónica en Londres, pero es tan escasa y cara la mano de obra en esa ciudad, es muy común que la gente tenga que aprender lo básico para reparar sus casas y automóviles.
Yo estaba sin jardinero y mi desbrozadora de gasolina no funcionaba. Acto seguido busqué en Youtube algún video relacionado al tema de jardinería y ¡Bingo!, lo encontré. Así pude reparar la máquina para limpiar mi jardín. ¡Bendito Youtube!
Por supuesto, también hay personas con título universitario que son merecedores de un premio a la chapucería, pero de ellos escribiré en otra ocasión.
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