CON OJOS DE EXTRANJERO

̶ Lo mejor es marcharse de aquí−, coincidieron dos profesionales que conversaban delante de mí, mientras caminábamos hacia un pequeño buffet de comida oriental en la ciudad de Jinotepe. Se quejaban de la falta de oportunidades que hay en Nicaragua.

Llegamos al buffet “Sabores orientales” y hubo que esperar buen tiempo, para que la fila de compradores disminuyera. ¡Era lógico que hubiese filas! Un delicioso almuerzo con tres tipos de alimentos me costó C$55.00. Me gustó tanto que pedí uno empacado y pagué lo mismo. No cobran el empaque.

Un lugareño me contó que este buffet comenzó en el mercado de esa ciudad, como cualquier otra comidería. Pero ahora es evidente que no era otra más. Este negocio rompió el mito de que a los nicas no nos gusta la alimentación sana; que en Nicaragua no hay oportunidades para surgir. De igual forma rompió el mito que para comer sano y experimentar nuevos sabores se requiere gastar más.

Es evidente que la asiática dueña del buffet, veía Nicaragua como un país de oportunidades, no así, aquellos profesionales que propugnaban por marcharse.

Con razón, hace varios años, un colega de otro país me dijo: “los nicas tienen que ver su país con ojos de extranjero”.