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DE EMPLEADO A COLABORADOR, A EMPRENDEDOR

  • Arnulfo Urrutia M
  • 3 sept 2016
  • 3 Min. de lectura

Hay múltiples razones para viajar de la estación del “empleo fijo”, hacia la del “emprendimiento”. Vamos a presentar cuatro de ellas, que considero las más comunes:

  1. Planificadas

  2. Intuitivas

  3. Fuerza mayor

  4. Autorrealización

En el primer caso, la persona emprendedora analiza con suficiente antelación la oportunidad o idea de negocio que le parece puede tener buen suceso. Consulta con expertos, pide consejos, realiza un análisis FODA, elabora un plan de negocios o algo parecido, calcula el tiempo oportuno para iniciar el viaje, ahorra o dispone de fondos, se capacita, realiza simulaciones y finalmente sube al vehículo que lo llevará a la estación “Emprendedora”

Para el caso número dos, en ocasiones se presentan oportunidades en las que hay que actuar de inmediato. Se realizan análisis muy rápidos y se decide apoyado en la intuición. Son situaciones no previstas pero muy promisorias las que empujan a tomar tal acción sin mayores análisis y en muy corto tiempo. O la tomas o la dejas, pareciera ser la consigna.

Muchas veces la persona emprendedora apuesta el todo por un quizá. Deja trabajo, invierte sus ahorros e incluso hipoteca o vende propiedades, presta dinero y convierte su vida en una película futurista, en la que hay un final perfecto: el éxito financiero y el reconocimiento social.

El tercer caso es aquel, en que se quiera o no, emprender es la única opción para subsistir al momento. Por ejemplo: perder el empleo repentinamente y no tener opciones a corto plazo; un viaje inesperado; una enfermedad o cualquier otra situación de urgencia. Esta es la situación que genera emprendimientos por necesidad, que son los que más encontramos en las historias emprendedoras de nuestro país.

Finalmente, está la autorrealización. Esta, generalmente es una idea latente que no siempre se identifica pero que se siente y presiente. Está relacionada a capacidades, tradiciones, inclinaciones vocacionales o artísticas, que esperan una oportunidad cualquiera para manifestarse y motivar a la persona a tomar la acción emprendedora.

Veamos un ejemplo: un día, alguien cantó en un karaoke, otro lo escuchó y le dijo que lo hacía muy bien. También le dijo que había una oportunidad para hacerlo profesionalmente. Al estar frente a aquella oportunidad, el cantante aficionado comprendió que la misma no equiparaba sus ingresos actuales, pero prometía un alto “salario” emocional. Y… ¡zas! Aquel “alguien”, se volvió cantante.

Es obvio que también puede haber una mezcla de todas las razones anteriores y entre ellas surgir más opciones, pero no vamos a especular al respecto.

Ahora bien, el tránsito de empleado a emprendedor también está influenciado por las metas personales, sean estas explícitas o implícitas para cada persona. Esto de las metas personales, se pueden incluso relacionar con la autorrealización que mencionamos anteriormente, aunque no siempre coincidan.

Lo que sí es importante, es entender que el mundo del siglo 21, requiere que las personas tengamos diferentes capacidades adicionales a los estudios tradicionales. Por ejemplo: resolución de problemas, inteligencia emocional, creatividad, educación continua y rápida adaptación al cambio.

En síntesis, la actualidad exige ser emprendedor aun cuando se forme parte de una empresa como colaborador de la misma. Precisamente, en la actualidad la palabra empleado se sustituye por la de colaborador, pues un empleado es una persona a la que otra u otras, emplean, utilizan para algo. Un colaborador, coopera, aporta ideas, da más de lo que se le pide, trabaja con entusiasmo y en equipo. Es lo que se conoce como una persona proactiva.

Antes de pasar a brindar consejos específicos, es pertinente recomendar que lo ideal, es dejar de ser empleado para convertirse en colaborador y luego dar el paso al mundo emprendedor.

Ocho consejos para emprender el viaje empresarial

Independientemente de la forma en que inicie su viaje a la estación del “emprendimiento”, es recomendable seguir ciertas pautas probadas por experimentados emprendedores.

  1. Perfile su plan de vida

  2. Escriba su plan de negocios

  3. Analice la compatibilidad de ambos

  4. Aléjese de las personas mata-sueños

  5. Establezca metas y micro-metas para el viaje empresarial

  6. Aprenda a vender. Si no le gusta vender no intente emprender

  7. Sea perseverante

  8. Viaje siempre con actitud positiva.


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